El mito de la resistencia al cambio

Durante gran parte de nuestra vida escolar y laboral hemos escuchado una frase que se repite una y otra vez, y se acentúa principalmente cuando llegan nuevas maneras de hacer las cosas.
Se dice que los seres humanos tenemos, por naturaleza, “resistencia al cambio”.
Durante un tiempo yo lo creí también, de manera casi ciega y sin cuestionamiento.
Pero hace poco tiempo descubrí que la tal resistencia al cambio… ¡Es un mito!
La resistencia NO es al cambio… sino al PROCESO de cambiar.
Podrá parecer que es cuestión de semántica, pero créeme… ¡el problema es mucho más profundo!
Lo explico ahora con un poco más detalle:
Imagínate a una persona que se encuentra en estos momentos en una situación precaria económicamente: El dinero, sencillamente, “no le alcanza”
Las deudas crecen cada día. Sus pasivos aumentan a la par de su desesperación… y de pronto… a la luz de las oportunidades, llega una oportunidad cambio.
Su situación económica promete que mejorará, no sólo librándolo de deudas, sino eventualmente elevando su columna de activos.
Lo mejor de todo… ¡El cambio es real!
Ha sido experimentado por muchos…
Honestamente, ¿crees que la persona se opondrá al cambio?
Yo creo que no…
El “problema” no es el cambio en sí mismo.
El problema, y donde surge la verdadera resistencia es que, para lograrlo… deberá efectuar un proceso…
¿Cuál proceso?
El proceso de leer al menos 4 libros seleccionados al mes.
Libros, por ejemplo, de Hopkins, Harv Eker, Classon, Napoleón Hill, Franklin, Carnegie, Mandino, Covey, Robbins, entre otros muchos otros autores más.
El proceso que involucra PENSAR, tomando lo mejor de cada uno de estos autores, sin copiar simiescamente, sino formarse su propia idea, pero siempre estar dispuesto a hacer sacrificios en muchos sentidos…
Por ejemplo: Olvidarse TOTALMENTE de disponer del 10 al 15% de los ingresos SOBRE CUALQUIER COSA… No importa si “no te alcanza” con el porcentaje restante, o si se ingresa sólo un peso al mes. El 10 o 15% NO SE CONSIDERA y punto.
El proceso de alejarse de las personas que se quejan constantemente… sin importar que sean “tus cuates de toda la vida”… y buscar gente que bendice los tropiezos por el aprendizaje que involucra.
Ese proceso es al que las personas se oponen. No al cambio en sí mismo.
¿Otro ejemplo?
¿Qué tal aquellos que no están conformes con su físico y quieren mejorarlo?
No se resisten al cambio en sí mismo (una mejor figura) pero si al PROCESO que involucra cambiar (Modificar los horarios de sueño, cambiar tiempo de TV y redes sociales por horas de gimnasio, sustituir pastelitos y frituras por alimentos sanos en horarios específicos, etc.)
Podría poner mucho ejemplos más: Mejora de relaciones personales / familiares, Incrementar en la espiritualidad, Subir la autoestima, Levantar su nivel de organización personal e incluso, ¡Simplemente ser más feliz!
¿Sabes cuál es la forma en que me doy cuenta DE INMEDIATO que alguien muestra resistencia al proceso?
Es fácil… su frase es “no tengo tiempo”.
En cuanto la escucho, me doy por enterado de la tremenda resistencia al proceso de cambiar que esa persona sufre.
La resistencia al proceso de cambio es algo común en el ser humano… pero que sea común no significa de ninguna manera que sea normal. A veces, lo común y lo normal se utilizan erróneamente como sinónimos, ¡Pero no lo son!
Es probable que tú también tengas resistencia a los procesos de cambio porque, como lo mencine antes, es lo común. Si es tu caso, por favor no te preocupes… pero en cambio ocúpate de detectar esa resistencia, y vencerla.
Créeme, sí se puede.